Illich

Tras finalizar la II Guerra Mundial las principales potencias mundiales, E.E.U.U. y la URSS, tenían un objetivo común, el desarrollo. Uno de los factores más destacables para el progreso era el crecimiento tecnológico.
Durante los años 60 se crea una idea utópica en torno a las posibilidades que ofrecían las nuevas tecnologías, se consideraba que estas eran un símbolo de la liberación de la sociedad y de la prosperidad económica. Sin pensar que la tecnología representa la deshumanización, alienación y dominación. Tras ver estos efectos, surgieron dudas sobre lo positivo de las nuevas tecnologías. De este modo, diversos autores, como algunos de los pertenecientes al movimiento romántico, lo expresaron de forma continuada en sus obras.Illich.jpg
Debido a los numerosos incidentes problemáticos ocurridos en los años 70, la utopía tecnológica cesa a gran escala, creando temores en el presente y horrores hacia el futuro. Esta visión pesimista se prolongó hasta los años 80. Tras haber estudiado brevemente el contexto histórico en el que se desarrolló Iván Illich, podemos pasar a exponer su vida. Illich nació en Viena en 1926, estudió desde 1931 a 1941 en las Escuelas Pías. Debido a sus antepasados de origen judío y la aplicación de las leyes antisemitas fue expulsado, teniendo que terminar sus estudios secundarios en la Universidad de Florencia para más tarde cursar en la Universidad Georgiana de Roma teología y filosofía, obteniendo posteriormente en la Universidad de Salzburgo el doctorado en historia.
Iván Illich a pesar de haber sido escogido por el Vaticano para la carrera diplomática, optó por el ministerio pastoral donde fue nombrado vicepárroco en una iglesia de Nueva York, donde permaneció desde 1951 a 1956.
En 1956 Illich abandonó Nueva York y se marchó a Puerto Rico donde ejerció el cargo de vicerrector en la Universidad Católica de Ponce. El interés que sentía por lo que él denominaba como “sensibilidad intercultural” lo llevó a crear el Instituto de Comunicación Intercultural. Su relación con la Universidad de Ponce se vio acabada en 1960 debido al desacuerdo que sentía Illich con el obispo de la diócesis por las prohibiciones impuestas a los católicos de su jurisdicción y el abuso de poder que este ejercía. Durante los cuatro años que residió en la isla Illich se dedicó a la difusión de sus radicales ideas por toda Hispanoamérica, lo que le otorgó un gran reconocimiento y por ello asesoró de forma directa en la política boliviana en el ámbito educativo.
Illich regresó a Nueva York, donde aceptó el puesto de catedrático en la Universidad de Fordham. Para seguir con su empeño de fortalecer las relaciones interculturales, Illich fundó en 1961 el Centro Intercultural de Documentación (CIDOC) en la ciudad de Cuernavaca, en México. Durante años el CIDOC fue el punto de encuentro de muchos intelectuales americanos y latinoamericanos basándose en la reflexión sobre la cultura y la educación.
Hacia los años 70 Illich comienza su crítica hacia la Iglesia católica ya que su visión hacia ella cambia y la acaba describiendo como una gran empresa, más adelante esta visión la extiende también hacia las instituciones escolares y debido a su crítica Illich durante varios años llevará a cabo la propuesta de crear una sociedad desescolarizada. Sus ideas acabaron convirtiendo al CIDOC en un centro de controversia eclesiástica, por lo que Illich en 1968 secularizó el CIDOC y en 1969 abandonó su puesto sacerdotal.
A mediados de los años 70 Illich se aleja de América Latina aunque sigue residiendo en México pero dirige sus escritos a la comunidad académica internacional. Al comienzo de los años 80 Illich abandona México y se va a vivir a Europa.
Durante los años 80 y 90 se dedicó a dar conferencias y seminarios en diversos países, razón por la que se hizo famoso mundialmente, ya que así difundió sus ideas radicales a cerca de la sociedad, de la escuela y de la Iglesia católica.
Iván Illich falleció el 2 de diciembre de 2002 en la Universidad de Bremen en Alemania.

Pensamiento pedagógico


Según Illich la educación en la época de las décadas 60 y 70 se caracterizaba por dos motivos, uno de ellos es que la educación era excesivamente cara y, el otro era que estaba dirigida hacia el fracaso. Para argumentar este pensamiento, Illich hace referencia al coste de la educación y sus escasos resultados. Sin embargo, a él le parecía aún más grave que la educación estuviese dirigida solo a un pequeño grupo, el grupo pudiente, puesto que la educación era autofinanciada. Por tanto la población pobre no podía permitirse una educación digna, puesto que nunca alcanzarían los estudios de los “ricos”, además Illich acusa de una mala gestión pública por lo que cree más conveniente la desinstitucionalización de los objetos educativos partiendo de la idea de que así se conseguía una educación más formadora y menos costosa.
La escuela, para Illich se entendía de tres modos distintos:
-Desde el punto de vista económico en el que la escuela era un mero comercio encargado de crear las necesidades y los valores institucionalizados con la intención de crear a los nuevos consumidores.
-desde el punto de vista político, la escuela se entendía como reflejo de la sociedad, haciendo una metáfora entre educación y religión poniendo de manifiesto que:

”La escuela se ha convertido en la religión universal del proletariado moderno, una religión que hace promesas vanas de salvación para los pobres de la era tecnológica. El estado ha adoptado esta religión y hace entrar a todos los ciudadanos en un sistema escolar jerarquizado en el que cada etapa finaliza con un título que recuerda a los rituales de iniciación y las promociones sacerdotales antiguas”.1


-Por último, otro modo de verla es desde el punto de vista educativo, por el cual, la escuela tiene un puesto inferior, casi inexistente dentro de la educación, puesto que, la mayoría de lo aprendido es a través de vivencias al margen de la institución de la escuela. A demás, la instrucción pública sólo se lleva a cabo durante un periodo de la vida, cuando debería ser un proceso continuo.
A continuación, vamos a hablar de un punto en concreto de la obra de Iván Illich, que es “El movimiento de desescolarización”. Este movimiento se inició a mediados de los años 60, pero cobra su máximo protagonismo a principios de los 70 del siglo XX. Este concepto aparece por primera vez en su obra “La sociedad desecolarizada”. En el no proponía la eliminación de las escuelas, sino crear un nuevo modelo de educación.


1 “Les Temps Modernes, noviembre,1969, núm. 280 pp.680 y ss. Hannoun, H. “Iván Illich o la escuela sin sociedad” (1976). Barcelona: Ediciones Península, pp. 39-40.

Fue en este momento cuando surgió una crítica radical que se dirigía no sólo a la escuela, sino también a su contexto social, político y económico. Destaca el movimiento desescolarizador, denominado así porque sus promotores propusieron suprimir la escuela como estrategia para solucionar los problemas que planteaban las sociedades industrializadas avanzadas. La escuela, como institución descalificaba todo esfuerzo de renovación pedagógica y se trataría de cambiar radicalmente las estructuras escolares institucionalizadas que han servido de base para la educación y que han desembocado en la enseñanza formal, con instituciones tales como las escuelas, los colegios, institutos, y las universidades, en oposición a la educación natural y fortuita que proporcionan la vida y la experiencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario